Ensayo sobre La psicología, la liberación y el pensamiento latinoamericano hoy de Ignacio Martín-Baró
La
obra de Ignacio Martín-Baró, especialmente su propuesta de la Psicología de la Liberación
constituye uno de los aportes más originales y radicales al pensamiento social
latinoamericano. Su crítica a la psicología tradicional y su llamado a
construir una disciplina comprometida con la realidad y necesidades de los
pueblos latinoamericanos han dejado una huella profunda tanto en la teoría como
en la praxis de la psicología social.
Ignacio
Martín-Baró nació en Valladolid, España, en 1942. Tras ingresar a la Compañía
de Jesús, se trasladó a América Latina, donde se formó académica y
religiosamente. Su llegada a El Salvador en los años sesenta marcó el inicio de
un compromiso profundo con la realidad social y política de la región. Obtuvo
la licenciatura en Psicología en la Universidad Centroamericana (UCA) y el
doctorado en la Universidad de Chicago, lo que le permitió conocer de primera
mano tanto los modelos psicológicos norteamericanos como la realidad
latinoamericana.
A
partir de la década de 1970, El Salvador y buena parte de América Latina
atravesaban profundas crisis sociales, dictaduras militares, represión y
violencia estructural. En este contexto, Martín-Baró fue testigo y partícipe de
los movimientos de liberación y resistencia, tanto desde su labor académica
como desde su compromiso pastoral y social. Sus críticas abiertas al gobierno
salvadoreño y su defensa de los derechos humanos lo convirtieron en blanco de
la represión, culminando con su asesinato en 1989 junto a otros jesuitas de la
UCA.
Uno
de los ejes centrales del pensamiento de Martín-Baró es su crítica al afán de
los psicólogos latinoamericanos por copiar teorías y modelos norteamericanos
sin ejercer una reflexión crítica sobre su pertinencia y relevancia para las
realidades locales. Denuncia que la psicología importada tiende a
universalizar patrones de conducta y explicaciones que ignoran las diferencias
históricas, culturales y sociales de los pueblos latinoamericanos. Martín-Baró
sostiene que la psicología, al aspirar a ser una ciencia objetiva,
frecuentemente olvida la importancia de los contextos específicos y las
subjetividades de los colectivos estudiados. Para él, la aparente objetividad
de la psicología tradicional esconde una incapacidad para reconocer y abordar
los problemas de culturas diferentes a la occidental. Además, señala que el reduccionismo -la tendencia a
explicar el comportamiento humano únicamente desde lo individual o lo
biológico- resulta insuficiente y hasta peligroso en contextos de opresión y
desigualdad.
La
Psicología de la Liberación surge como respuesta a la necesidad de una
disciplina que no solo interprete el mundo, sino que contribuya activamente a
transformarlo. Martín-Baró rechaza la idea de una psicología destinada a
descubrir leyes universales y atemporales, y propone en cambio una ciencia
social situada, comprometida con la historia y la cultura de los pueblos
latinoamericanos. Martín-Baró entiende que el contexto no es solo un espacio
físico o social, sino también histórico y simbólico. La psicología debe ser
capaz de reconocer los traumas colectivos, las heridas históricas y las
dinámicas de opresión que afectan a los grupos sociales. Por ejemplo, los
pueblos indígenas, los campesinos y las comunidades urbanas marginadas
presentan problemáticas específicas que no pueden ser abordadas desde modelos
universales.
Uno
de los aportes más originales de Martín-Baró es su llamado a desideologizar la
psicología. Sostiene que la disciplina, al adoptar acríticamente los modelos
dominantes, termina reproduciendo las ideologías de las clases hegemónicas y
perpetuando la opresión. La desideologización implica desenmascarar los
mecanismos de poder y dominación que se ocultan tras los discursos científicos
y técnicos.
Inspirado
en la teología de la liberación, Martín-Baró propone que la psicología debe
asumir una opción preferencial por las mayorías oprimidas. Esto significa que
la atención y los esfuerzos de la disciplina deben centrarse en las
necesidades, problemas y aspiraciones de los sectores históricamente excluidos
y marginados. La concientización, concepto tomado de Paulo Freire, es
fundamental en la Psicología de la Liberación. Consiste en un proceso de
reflexión-acción-reflexión mediante el cual los sujetos oprimidos toman
conciencia de su situación, identifican los mecanismos de opresión y se
organizan para transformar su realidad. La recuperación de la memoria histórica
es parte esencial de este proceso, pues permite a los pueblos reconocerse como
sujetos de su propia historia y proyectar un futuro diferente.
Martín-Baró
defiende un eclecticismo metodológico que combine técnicas tradicionales
(encuestas, métodos estadísticos) con enfoques participativos y críticos
(investigación-acción, métodos cualitativos, análisis ideológico). El objetivo
es construir conocimientos y prácticas desde y para las comunidades, en diálogo
permanente con sus necesidades y saberes. La propuesta de Martín-Baró no está
exenta de desafíos y tensiones. En primer lugar, implica una ruptura radical
con la tradición académica dominante, lo que genera resistencias tanto en el
ámbito universitario como en el profesional. La Psicología de la Liberación
cuestiona la neutralidad científica y exige un compromiso ético y político que
muchos psicólogos no están dispuestos a asumir. En segundo lugar, la apuesta
por una psicología situada y comprometida enfrenta el reto de construir teorías
y metodologías propias, evitando tanto el dogmatismo como el aislamiento.
Martín-Baró advierte contra el peligro de caer en un localismo estrecho o en un
relativismo extremo, y propone una articulación creativa entre lo universal y
lo particular. Finalmente, la praxis liberadora requiere una alianza
estratégica entre los agentes externos (psicólogos, trabajadores sociales,
educadores) y los propios grupos oprimidos. La liberación no es un proceso que
se impone desde fuera, sino que surge de la interacción y el diálogo entre los
sujetos implicados.
La
influencia de Martín-Baró y la Psicología de la Liberación se ha extendido más
allá de la psicología, impactando en campos como la educación popular, el
trabajo social, la teología y la filosofía política. Su énfasis en la
transformación social, la participación comunitaria y la crítica de las
estructuras de poder ha inspirado a generaciones de profesionales y activistas
en América Latina y otras regiones del mundo. En la práctica, la Psicología de
la Liberación ha encontrado expresión en diversas experiencias de trabajo
comunitario, atención a víctimas de la violencia política, procesos de
reconciliación y construcción de memoria histórica. Ha promovido una psicología
comunitaria orientada a la transformación social y al empoderamiento de los
sectores populares. A más de tres décadas de la muerte de Martín-Baró, la
Psicología de la Liberación mantiene plena vigencia ante las persistentes
condiciones de desigualdad, violencia y exclusión en América Latina. Los
desafíos que él identificó -la desideologización, la opción por los oprimidos,
la recuperación de la memoria histórica- siguen siendo tareas urgentes para la
psicología y las ciencias sociales de la región.
En
un contexto global marcado por nuevas formas de exclusión, migraciones masivas,
crisis ambientales y polarización política, la Psicología de la Liberación
ofrece un marco teórico y práctico para abordar los problemas complejos de
nuestro tiempo. Su llamado a una ciencia comprometida, crítica y transformadora
resuena con fuerza en las luchas contemporáneas por la justicia social y los
derechos humanos. La psicología, la liberación y el pensamiento latinoamericano
hoy de Ignacio Martín-Baró representa un punto de inflexión en la historia
de la psicología latinoamericana. Su pensamiento desafía a la disciplina a
romper con la neutralidad cómplice y a asumir un rol activo en la construcción
de sociedades más justas y humanas. La Psicología de la Liberación no solo es
una teoría, sino un proyecto ético y político que invita a los psicólogos a ser
agentes de cambio y esperanza para las mayorías históricamente marginadas.
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